lunes, 3 de febrero de 2014

Talking to the moon.

Anoche le hablé de ti. No sé como salió el tema, pero lo que si que estoy seguro es que quería hablar de ti. Y allí estaba ella, como cada noche esperándome, para darme las buenas noches y si necesitaba algo.
Ella me preguntó el por qué de las locuras que hacía. La pregunta no me pillaba de sorpresa, la estaba esperando, pero aún así no supe que responder. El silencio se hizo entre nosotros, dejándome mi tiempo para poder responder a la pregunta. En el momento en el que iba a hablar, yo respondí: por cada amanecer a su lado, por las miradas, por las veces que me dejó sin aliento, por las risas, por todos los momentos a su lado, por todo los que quedan... En ese momento sonrió y me dí cuenta de que no la esta respondiendo, sino que me estaba respondiendo a mi mismo, ya que muchas veces me lo había preguntado sin saberlo.
La noche trascurrió y solo hable yo, será porque necesitaba hablarlo con alguien, hablarle de como eres, tu forma de ser, tu forma de moverte, de reír, de llorar... necesitaba sentirme apoyado. Cuando nos dimos cuentas el sol salía de su letargo y mi consejera y amiga se tenía que ir. Pero no importaba porque sabía que la noche siguiente ella estaría otra vez en lo más alto del cielo para esperarme y contarle.


viernes, 10 de enero de 2014

Cambio de protagonista.

Y volvió a ocurrir. Cuando todo parecía que se había pasado, él llegó con sus maletas, después de un año sin vernos.
Como era de costumbre nuestros encuentros siempre eran en una noche de invierno, pero la ginebra nos hizo entrar en calor. Teníamos que ponernos al día y para ello no había mejor sitio que aquel lugar, aquella casa que tantas conversaciones había escuchado. Todo parecía como si el tiempo se hubiera parado en aquella mañana en el que le dije adiós.
Esa fue una de las muchas veces que volvió. Creía que todo seguía igual, respecto a mis emociones, pero no era así. Habían cambiado y eso me daba una sensación buena y otra mala. ¿Lo había conseguido? La respuesta era SI.

Fue un gran alivio cuando aquella noche de Diciembre apareció, el otro protagonista. ¿Quién me iba a decir aquella noche que no quería salir se iba a convertir el gran antemano de las navidades?
Aunque el hueco había cambiado de dueño, él siempre sería él, y cualquiera que quisiera entrar tendría que convivir con él.
Pero aquí cambia la historia de como él pasó a convertirse en una persona importante para mi, pero solo eso. Eso me alegraba, ya que significaba que podía seguir adelante.

 Y el protagonista de mi historia cambió, como las historias de navidad. Pero esta nueva historia será para otro día.

Solo me queda terminar con una frase que me dijo una pequeña persona y que definía este último mes del año:
 'Aunque ahora quieres a otro, él siempre será él'